
ARGUMENTO
COMENTARIO
Que la cultura japonesa es muy diferente a la nuestra es una obviedad. Pero hay que empezar por ahí para "poder" entender el éxito que este libro ha tenido en el país natal de la autora. Y entrecomillo la palabra poder, aunque realmente lo que me ocurre es justamente lo contrario, que no puedo entenderlo. Debe ser porque mi cultura y mis gustos difieren mucho de la de los orientales del Japón.
La novela la clasificaría como un tebeo, los modernos y cultos dirían cómic, y lo digo por el dibujo de la portada y por las diversas ilustraciones que se encuentran a lo largo de sus páginas. Aunque, siendo justos, creo que la mejor clasificación sería como novela juvenil. Podría ser incluso un libro recomendable para alumnos de secundaria.
El libro tiene una historia "pequeña" que se basa en la relación que tiene una sirvienta, el hijo de esta y un profesor de matemáticas que anda un poco "pallá" con la memoria. Las matemáticas y el beisbol, pasiones del profesor, son los dos temas sobre los que, de una forma reiterada, la autora reincide una y otra vez. Por lo que respecta a las matemáticas tengo que decir que, como uno es de ciencias, su lectura tuvo momentos que me resultaron curiosos y además me transportaron a tiempos pretéritos cuando luchaba cuerpo a cuerpo con los números. Sin embargo me resultó un peñazo las múltiples y reiteradas alusiones al beisbol, deporte del que reconozco que no entiendo ni papá.
El libro tiene una prosa fácil, se podría decir que incluso simple. El buenismo es lo que impera. No hay ni malos ni medio malos. Un libro, eso sí, amable. De esos que de vez en cuando y según a quien, gusta leer.
¿CUÁNDO Y DÓNDE?
Mediados del siglo XX en Japón.
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