Para Azorín esta novela resume mejor que ninguna el espíritu de Baroja. Y efectivamente: sus principios filosóficos y sociales, la reacción frente a la miseria y el dolor, y los elementos autobiográficos hacen de esta obra muestra privilegiada del mundo del autor. Médico, como Baroja, el protagonista de El árbol de la ciencia asiste impotente a los desafueros de una socidad mezquina y envilecida. Entre el determinismo fisiológico y la rebelión moral hay la búsqueda de una camino propio.
COMENTARIO
Se que voy contra corriente pero tengo que se sincero conmigo mismo. Este libro me ha decepcionado. Seguramente el problema es mío. Quizás haya sido que lo he leí en un momento un tanto raro, tenía otras ocupaciones que me absorbían la mayor parte de mi tiempo y el libro lo cogía más como una obligación que por devoción. Le reconozco, entre otras, varias virtudes que me han gustado, como el intimismo, y el retrato de la sociedad española de principios de siglo pasado. Todo ello con una escritura fácil e impecable.
A los grandes lectores les suele gustar los libros con trasfondo, con mensaje, que ahonden en la naturaleza del ser humano, en sus virtudes y miserias. Éste desde luego lo es. Yo, como lector, soy más simple. Necesito una buena historia que mantenga el interés durante toda su lectura y por supuesto que esté bien escrita.
No es la primera lectura de Pío Baroja que leo. Como mínimo que recuerde, he leído un par de veces "Las inquietudes de Shanti Andía" que me dejó un gran sabor de boca. Por eso no descarto en absoluto seguir leyendo a Baroja.
¿CUÁNDO Y DÓNDE?
¿CUÁNDO Y DÓNDE?
Varias ciudades de España de finales del siglo XIX.
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