24 de noviembre de 2020

LA FÓRMULA PREFERIDA DEL PROFESOR



ARGUMENTO   


Una historia de amor, amistad y transmisión del saber... Auténtico fenómeno social en Japón (un millón de ejemplares vendidos en dos meses, y otro millón en formato de bolsillo, película, cómic y CD) que ha desatado un inusitado interés por las matemáticas, este novela de Yoko Ogawa la catapultó definitivamente a la fama internacional en 2004. En ella se nos cuenta delicadamente la historia de una madre soltera que entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas que perdió en un accidente de coche la memoria (mejor dicho, la autonomía de su memoria, que sólo le dura 80 minutos). Apasionado por los números, el profesor se irá encariñando con la asistenta y su hijo de 10 años, al que bautiza "Root" ("Raíz Cuadrada" en inglés) y con quien comparte la pasión por el béisbol, hasta que se fragua entre ellos una verdadera historia de amor, amistad y transmisión del saber, no sólo matemático?


COMENTARIO

Que la cultura japonesa es muy diferente a la nuestra es una obviedad. Pero hay que empezar por ahí para "poder" entender el éxito que este libro ha tenido en el país natal de la autora. Y entrecomillo la palabra poder, aunque realmente lo que me ocurre es justamente lo contrario, que no puedo entenderlo. Debe ser porque mi cultura y mis gustos difieren mucho de la de los orientales del Japón.

La novela la clasificaría como un tebeo, los modernos y cultos dirían cómic, y lo digo por el dibujo de la portada y por las diversas ilustraciones que se encuentran a lo largo de sus páginas. Aunque, siendo justos, creo que la mejor clasificación sería como novela juvenil. Podría ser incluso un libro recomendable para alumnos de secundaria.

El libro tiene una historia "pequeña" que se basa en la relación que tiene una sirvienta, el hijo de esta y un profesor de matemáticas que anda un poco "pallá" con la memoria. Las matemáticas y el beisbol, pasiones del profesor, son los dos temas sobre los que, de una forma reiterada, la autora reincide una y otra vez. Por lo que respecta a las matemáticas tengo que decir que, como uno es de ciencias, su lectura tuvo momentos que me resultaron curiosos y además me transportaron a tiempos pretéritos cuando luchaba cuerpo a cuerpo con los números. Sin embargo me resultó un peñazo las múltiples y reiteradas alusiones al beisbol, deporte del que reconozco que no entiendo ni papá.

El libro tiene una prosa fácil, se podría decir que incluso simple. El buenismo es lo que impera. No hay ni malos ni medio malos. Un libro, eso sí, amable. De esos que de vez en cuando y según a quien, gusta leer.

¿CUÁNDO Y DÓNDE?

Mediados del siglo XX en Japón.





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