7 de noviembre de 2020

RABOS DE LAGARTIJA



ARGUMENTO   


Los inolvidables personajes de esta novela, como la entrañable y desgarrada pareja formada por el adolescente David y su perro Chispa, el enamorado inspector Galván, o Rosa Bartra, la hermosa pelirroja embarazada, obedecen a una tristeza y una estafa histórica muy concretas, pero también a la estafa eterna de los sueños, encarnada aquí por las fantasmales apariciones de un padre libertario fugitivo y de un arrogante piloto de la RAF que, desde la vieja fotografía de una revista colgada en la pared, actúa como confidente del fantasioso David.
  Con estos personajes, con un lenguaje directo y translúcido que contrasta con la honda carga emotiva y moral que discurre por debajo de la trama, Rabos de lagartija, dotada de una estructura narrativa tan sabia como imaginativa, y mostrando cuán frágiles y ambiguos son los límites entre la realidad y la ficción, la verdad y la mentira, el Bien y el Mal, el amor y el desamor, corrobora la condición de Juan Marsé como uno de los novelistas mayores, no sólo de las Letras Hispanas, sino de las actuales narrativas europeas.


COMENTARIO

Rabos de lagartija cayó en mis manos como consecuencia de una huida al pueblo, motivada por un confinamiento de esta dichosa enfermedad que nos asola. Al terminar el libro que estaba leyendo, rebusqué en la casa y entre varios este me llamó la atención. Lo empecé leyendo sin mucho afán, no había leído nada de Juan Marsé, pero enseguida me atrapó y acabé leyéndolo ávidamente en pocas sentadas.

Es una novela con unos personajes extraordinarios, pocos como es de mi agrado, con una carga emocional que te transporta rápidamente dentro de la historia. Todos los personajes giran alrededor de un adolescente que es David y versa sobre el amor de este a sus padres, al amigo, al perro y que gira a mitad de camino entre la realidad y la fantasía. 

Dos niños son los narradores, David y su hermano no nacido. Un "truco" que me parece muy original y que le da una perspectiva curiosa. Los hechos transcurren en Barcelona en los duros años de la postguerra donde la falta de libertad, la escasez de productos básicos (controlados con cartillas de racionamiento) y donde las persecuciones policiales, son el pan nuestro de cada día.

Tiene pasajes de una gran calidad literaria, en algunos casos incluso poética. Destaco este, cuando el fantasma de su padre le dice a su hijo David:

"...tú crees que es un hecho consumado. Pero por el momento, más que un hecho es una apariencia, y eso es lo que te enfurece. Tu impostura es peligrosa, la conozco, la he sufrido en mis carnes. No es que mientas para enterrar la verdad, ya lo sé, lo haces precisamente para desenterrarla, pero en cualquier caso, mientes... Los hay que piensan que una cosa es la realidad y otra la verdad, y tú eres uno de esos. Eres un peligro, hijo mío..."



¿CUÁNDO Y DÓNDE?

En la postguerra en Barcelona.




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